Los misterios del sueño
Prócoro Hernández Oropeza
Los sueños suelen ser reveladores, tanto de nuestra vida ordinaria como de aspectos más sutiles o profundos de nuestra existencia. Los primeros, a los que todos tenemos acceso, sólo se presentan como pequeños fragmentos de nuestra vida cotidiana, inconexos o confusos a veces. A esos se les denomina sueños ordinarios, lo son porque al final sólo recordamos algunas imágenes o de plano los olvidamos y en ellos son nuestros propios egos o yoes los que se están expresando.
Existen otro tipo de sueños, a los que suele llamárseles lúcidos. Y lo son por varias razones; bien porque recordamos exactamente paso a paso cada momento de ese sueño o la mayor parte. Es como si hubiésemos visto una película que vamos disfrutando y recordando al mismo tiempo. En ese tipo de sueños pueden manifestarse revelaciones, lugares, vidas pasadas, enseñanza o adelantos de lo que sucederá hacia el futuro.
En esta modalidad de sueños lúcidos, pueden presentarse historias o vivencias muy elocuentes, mensajes, encuentro con divinidades, resolución de algún asunto, recordar vidas pasadas. Este tipo de sueños dependerá del nivel de consciencia de cada individuo, de su progresión espiritual. Y en su fase más avanzada se encuentran los viajes astrales. En ellos, las personas pueden salir conscientemente de su cuerpo y viajar a ciertas regiones o encontrarse con maestros o escuelas internas. También existen personas que pueden salir de su cuerpo y, en vez de buscar sabiduría o algo trascendente lo usan en cuestiones banales. Cierta amiga tiene ese don de salir de su cuerpo, pero como su nivel de conciencia es mínimo, usa su salida para ir a espiar al novio y saber dónde o con quién está.
Volviendo a los sueños, anoche tuve un sueño muy misterioso. No recuerdo todo, sólo algunos detalles esenciales. El personaje con el que me encontré fue con Jerjes, faraón de Egipto, rey de Persia. Yo poseía algunos datos de Artajerjes, su hijo y sucesor, pero de su padre nada. Se supone que en este encuentro Jerjes me estuvo instruyendo en cierto conocimiento de lo cual no recuerdo más que fragmentos. Y sólo son fragmentos porque a quien verdaderamente se instruyen en esas realidades es al Ser, a mi espíritu, es por ello que la mente limitada no recuerda casi nada.
Por la mañana busqué quién era Jerjes. Conocido como Jerjes el Grande (519-465 a. C.), fue el quinto Gran Rey del Imperio aqueménida (485-465 a. C.), hijo de Darío I y de Atosa, hija de Ciro II el Grande. Su nombre Jerjes (también escrito Xerxes), significa "gobernador de héroes". En la Biblia se le menciona como "Asuero". Por cierto Asuero o Jerjes se casó con Esther, hija de un judío y ésta logró que respetaran a la comunidad judía que estaba en cautiverio en las ciudades persas. Jerjes Fue protagonista de lo que se denominó la II Guerra Médica sostenida en contra de Atenas y Grecia. Antes, su padre Darío enfrentó lo que se denominó la I Guerra Médica en un intento por castigar a los atenienses por su intromisión en la Revuelta jónica en Asia Menor, conflicto del cual no salió bien librado. Entonces, al asumir el poder, Jerjes planificó la operación de castigo en contra de los griegos y de la que tampoco salió airoso. En parte esa derrota le pesó de tal forma que su gloria y poder vino en declive hasta que fue asesinado por Artabano, comandante de la guardia real, y el más poderoso funcionario de la corte persa.
No obstante, antes de fallecer supervisó la finalización de muchos proyectos iniciados por su padre en Susa y Persépolis, como la Puerta de las Naciones, y la Sala de las cien columnas, en Persépolis. También, la conclusión de la Apadana del palacio de Darío, y el Tesoro, ambos empezados por Darío, y su propio palacio, que alcanzó el doble de tamaño del de su padre.
¿Por qué ese sueño con Jerjes? Es una pregunta interesante y sobre todo el conocimiento entregado y del cual sólo hay fragmentos que posiblemente más adelante sirvan para algo. Los sueños nos revelan grandes misterios y debemos estar atentos a ellos para saber interpretarlos en su momento debido.
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