La iglesia de Efesio
Prócoro Hernández Oropeza
Somos energía pura. Nuestros pensamientos, emociones, nuestra voluntad y acciones son energía en movimiento. Nuestro cuerpo es una máquina maravillosa y perfecta que posee siete chakras principales, denominados en el Apocalipsis por el apóstol Juan como las siete iglesias. Los chakras son centros o vórtices de energía, existen como energía dinámica y ayudan a entender la forma en que procesamos la vida dentro de la compleja interrelación de las diferentes dimensiones en que nos desenvolvemos.
Cada chakra se corresponde con las áreas del sistema endócrino o a los plexos nerviosos en el cuerpo físico. Los chakras se ubican verdaderamente en el cuerpo etérico del hombre y se asemejan a cálices florales con forma de embudo y un número variado de pétalos Los siete chakras se corresponden también con las siete iglesias que describe San Juan en el Apocalipsis o la Revelación de Jesucristo dada a San Juan, el Teólogo. Estas son: Iglesia de Efeso o Muladhara, Iglesia de Esmirna o Svadhisthana, Iglesia de Pérgamo o Manipura, Iglesia de Tiatira o Anahata, Iglesia de Sardis o Vishudha, Iglesia de Filadelfia o Ajna e Iglesia de Laodicea o Sahasrara.
Los primeros tres son conocidos como triángulo inferior o chakras de la materia (Coxis, órganos creativos y plexo solar); el quinto, sexto y séptimo forman el triángulo superior o chakras metafísicos (garganta, entrecejo y coronilla). El corazón (Ajna) es el punto de equilibrio entre ambos. En otro nivel de descripción, los primeros cinco chakras están asociados con cada uno de los cinco tattuas o elementos densos: Muladhara asociado a tierra, Svahisthana al agua, Manipura al fuego, Anahata al aire y Vishudha al éter, además de las cualidades que cada uno representa.
Por cuestión de espacio, ahora nos centramos únicamente en el chakra Mulhadhara que se corresponde con la Iglesia de Efeso, en donde se halla encerrada la energía kundalini. La energía sexual es el prana de la vida, es solar, crística, es la energía radiante del sol que queda encerrada en las glándulas sexuales. Este chakra fundamental o coxígeo nutre con su Energía Sexual a todos los demás Chakras. En esta Iglesia se halla la raíz del Bien y del Mal. Ya veremos porqué.
Los Siete Planos de Conciencia Cósmica, se hallan debajo de esta Iglesia de Efeso. En el mensaje de la Iglesia de Efeso, escribe el ángel: “Yo sostengo las siete estrellas en mi mano derecha, y camino entre los siete candelabros de oro…” El que camina en medio de los siete candelabros es e nuestro yo Cristo, nuestro ángel interno. Las siete estrellas son precisamente los siete chakras, los siete centros energéticos que deben mantenerse encendidos y esta luz se sostiene precisamente con paciencia, rechazando a los malvados egos, sobre todo de la lujuria, trabajando con el fuego sagrado que encierra la energía kundalini. Esto significa no desperdiciar esa energía a través de la fornicación sino sublimándola, porque la energía kundalini, la serpiente sagrada sólo puede despertar con trabajo paciente y obedeciendo los dictados de nuestro Cristo interior. Más adelante, el ángel continúa:
’Sin embargo, hay algo que no me gusta de ti, y es que ya no me amas tanto como me amabas cuando te hiciste cristiano. Por eso, acuérdate de cómo eras antes, y vuelve a obedecer a Dios. Deja de hacer lo malo, y compórtate como al principio. Si no lo haces, yo iré a castigarte y quitaré tu candelabro de su lugar. Es decir, antes la sexualidad era sagrada pero comimos del árbol del fruto de en medio y fuimos desterrados del paraíso y nuestros candelabros, nuestros chakras se apagaron, se quedaron sin luz. Y sigue agregando el Ángel:
“Lo que me gusta de ti es que, lo mismo que yo, odias lo que hacen los nicolaitas… Si alguien tiene oídos, que ponga atención a lo que el Espíritu de Dios les dice a las iglesias. A los que triunfen sobre las dificultades y no dejen de confiar en mí, les daré a comer el fruto del árbol que da vida. Ese árbol crece en el hermoso jardín de Dios.” A quienes eliminen a los nocolaitas (egos o yoes), quienes triunfen sobre las dificultades, los deseos, y confíen en el gran Padre/Madre tendrán la vida eterna. Así es, así será.
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