La presencia de los ángeles

Prócoro Hernández Oropeza

Todos hemos escuchado la palabra ángel y tal vez algunos creen en ellos, otros los han percibido o han recibido sus mensajes. Ángel viene del vocablo griego Ángelo que significa mensajero, ellos son los encargados de traer a la tierra los mensajes del Creador. El mensaje son ellos mismos trayendo luz, amor, alegría, belleza, esperanza, gozo.
Y no por el hecho de no verlos significa que no existen. Así como no podemos ver el aire, así ellos; tal vez sólo sintamos su presencia, su energía. Siempre se ha escuchado hablar de los Ángeles y desde niños nos fascinó leer y conocer sus historias. Seres alados, bellos y misteriosos eran o son sinónimos de Ángeles.
Los Ángeles son seres de sutiles energías y luz, su materia es mucho más etérea que la nuestra y como nuestra materia es más densa no los vemos con facilidad pero si los podemos percibir. Si los queremos escuchar no usemos la mente; si usamos el corazón será mucho más fácil la comunicación. La comunicación con esos seres de luz es a través de los sentidos sutiles, los del corazón o del alma.
Los ángeles, como las personas, pertenecen a familias o clanes. Muchos nombres se han dado a ellos, pero los de ángeles son los más conocidos y se pueden organizar en tres categorías o esferas. En la parte superior está la más cerca de Dios y se extiende hacia aquellos que están conectados con el mundo físico. Según la Kábala se distribuyen así: 1 Primer grupo: Serafines, Querubines, Tronos. 2º Grupo: Dominaciones, Potestades y Virtudes. 3er Grupo: Principiados,
Arcángeles y Ángeles.
Aunque esos seres de luz no necesariamente son sutiles, ellos se pueden presentar con cuerpo humano. Cuántas veces hemos visto la mano amiga de un extraño que aparece ayudándonos cuando más lo necesitamos o encontramos lo que hemos perdido y buscado, apareciendo como por magia. Cierto día se me ponchó la llanta de mi auto y el gato hidráulico no funcionaba bien y la llanta de refacción, para variar, estaba ponchada también. De pronto se detuvo una persona desconocida por mí y me preguntó si requería ayuda. Se bajó del carro, sacó su herramienta y cambió la llanta. No sólo eso, me llevó a una llantera para reparar las llantas. Esos son ángeles que nos manda el Padre/Madre y no lo reconocemos. Pensamos que sólo fue una simple casualidad. En esta vida no hay casualidades, sólo causalidades, causa y efecto.
No obstante, cuando somos perceptivos podemos ver estos angelitos manifestados en alguna persona conocida. Lo que sucede es que vivimos en mundo tan apresurado y tan competitivo que no nos detenemos a ver la mágica ayuda de estos seres celestiales.
He conocido a personas que han padecido alguna enfermedad grave, inclusive con la sentencia médica de que ya no sanarán en esta vida. De pronto aparece una persona, un médico, más bien un ángel que le sana, a pesar de los dichos médicos. Esos son ángeles que se cruzan en nuestro camino para ayudarnos.
Entre estas jerarquías se hallan los arcángeles; los siete arcángeles que conforman el Cristo Cósmico, son los siete rayos dorados de Dios y se dice que nosotros somos una emanación de uno de esos arcángeles: Rafael, Miguel, Zachariel, Samael, Uriel, Gabriel y Orifiel. Por ejemplo, los médicos son emanación de; arcángel Rafael, el que rige la medicina y cada arcángel gobierna una era de aproximadamente 2 mil 500 años. Esta nueva era, la de Acuario es regida por el arcángel Samael, el arcángel de la justicia.





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