Desarmonías del cuerpo

Reflexiones cotidianas

Qué es la enfermedad sino un desencuentro, desarmonía, desface o padecimientos que vulnera el cuerpo y la mente. Es un proceso o fase en la que enfrentamos una afección que atenta contra nuestro bienestar. Esta situación puede desencadenarse por múltiples razones, ya sean de carácter intrínseco o extrínseco nuestro organismo físico.
Estos desencadenantes se conocen bajo el nombre de noxas (del griego nósos). El término enfermedad proviene del latín infirmitas que significa “falto de firmeza” y consiste en un proceso que acaece a un ser vivo y altera su estado normal de salud. Cuando padecemos una enfermedad, por muy simple que sea como una gripe o resfriado ésta se manifiesta y afecta de distintas maneras, dependiendo de la capacidad física y mental de cada individuo. En unos tal afección puede durar un día, dos, una semana y hasta más de un mes.
Cuando adviene una enfermedad, nuestra energía se siente débil o baja, los días pesados, difíciles, tristes, con temor o enojo por sufrir ese padecimiento. Sucede que la enfermedad, de cualquier tipo, origina una alteración o rompe nuestra armonía, ya sea a escala molecular, corporal, mental, emocional o espiritual. Y claro, el impacto de cualquier enfermedad también dependerá de la madurez física, mental y espiritual de cada persona. Existen personas que han atravesado por momentos muy complicados en su salud, al grado de mantenerse en estado de coma o con padecimientos muy dolorosos y han logrado padecerla y vivirla, no en sufrimiento, sino en plena comprensión y aceptación. Unos entendiéndola como un pago karmático, otros aprendiendo una lección que una vez recuperados les obliga a cambiar su vida, sus hábitos y conductas con respecto a su cuerpo, mente y espíritu. Se sabe de personas que han muerto clínicamente por segundos o instantes y cuando retornan cambian su vida.
Otros más aceptan que su enfermedad, como todo lo que posee, son parte de sus creaciones y como tal tiene la capacidad para descrear aquello que le está afectando, inclusive su enfermedad. Se sabe de pacientes de diabetes, por ejemplo, que han logrado trascender su enfermedad, sin recurrir a la insulina, sólo con aceptación y tratamientos médicos de corte no tradicional como herbolaria u homeopatismo, al mismo tiempo cambiando sus patrones de alimentación, de pensamientos, emociones y realizando ejercicios físicos.
Los antiguos maestros de la Medicina como Paracelso, sostenían que la enfermedad se manifiesta primero en nuestros cuerpos sutiles. Recuérdece que poseemos, además del cuerpo físico otros seis, a saber: vital, astral, mental, causal, del alma y el del espíritu. Según aquellas personas que tienen la capacidad de ver nuestra aura, pueden detectar la enfermedad en esa capa sutil como costras o agujeros. La ciencia médica, que se encarga de las enfermedades de los humanos ha generado muchas corrientes, disciplinas y vertientes para tratar de combatirlas también con múltiples tratamientos y herramientas.
El gran maestro Theophrastus Philippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, nacido hacia 1493 en Einsiedeln, Suiza, sostenía que ningún médico puede decir que una enfermedad es incurable. Al decirlo reniega de Dios, reniega de la naturaleza, desprecia al gran Arcano de la creación. No existe ninguna enfermedad, por terrible que sea, para lo cual no haya Dios previsto la cura correspondiente.
En efecto, si somos creadores, hemos creado nuestras enfermedades, sea por karma o por excesos y de cada uno dependerá la forma en que la vivamos, suframos o desterremos, para lo cual, la fe es muy importante, fe y aceptación, sobre todo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De mil que me buscan

Los tres alimentos

El arquetipo del gato