En medio de la adversidad

Prócoro Hernández Oropeza

“El que vive sinceramente y encuentra penas verdaderas y desilusiones, que no se deja abatir por ellas, vale más que el que tiene siempre el viento de popa y que sólo conoce una prosperidad relativa”. Vincent Van Gogh
La palabra adversidad es un concepto que denota una situación difícil, problemática, desfavorable, una calamidad, desgracia, mala suerte, desventura, fatalidad, infortunio, tropiezo, malaventura, algo que es contrario a nuestra felicidad. Su contrario es dicha, suerte, fortuna, felicidad. De ahí que la adversidad es un instante, momento o lapso de tiempo que atenta contra nuestra felicidad, armonía, paz interior o fortuna.
En realidad no todos o la mayoría logra mantenerse en un estado pleno, donde la fatalidad o adversidad no se presenta o si se manifiesta, ésta no hace mella en el que la vive. Esto significa que de nosotros depende cómo y cuánto tiempo permitimos que nos afecte la adversidad. Una enfermedad grave, por ejemplo dolor de ciática, es una situación adversa porque sus dolores son muy severos y a veces duraderos. Todo dependerá de los tratamientos médicos y de la aceptación de quien lo padece. La cuestión es comprender el origen de su enfermedad, aceptarla y trascenderla, a pesar del dolor. Tener fe en que va a sanar y tratar de no identificarse con el dolor, además de observar cuál es la lección que le trae dicha enfermedad.
Una persona que por un error o delito se encuentra en una prisión puede verlo como una adversidad y lo es porque la vida en la cárcel es muy difícil para unos, otros, muy pocos pueden ver una oportunidad para trascenderla. Recientemente leí el caso de un joven, Fernando Iván Trejo, preso en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte. Iván cometió el delito de robo en el banco donde laboraba; en ese entonces estudiaba la carrera de Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ya en la cárcel se dio cuenta que lo único que tenía en sus manos era tiempo, así que se dispuso a terminar su carrera gracias al sistema de enseñanza abierta que impulsó dicha institución.
Así que este joven, en vez de ver a la prisión como una adversidad la tomó como una oportunidad para trascender su situación de preso común. Otros reclusos, la mayoría quizás, desperdicia su tiempo en el ocio, en peleas, rencores y sobre todo en especializarse en las malas artes del robo y la delincuencia. Iván, que comparte su celda con otros ocho compañeros, se dio el espacio y el tiempo para concluir sus estudios en un periodo récord y con promedio de nueve.

Es un ejemplo vivo de cómo se puede modificar una adversidad en una oportunidad, un problema transformarlo en reto. Estos son los hombres proactivos, para quienes no existen barreras, sólo retos a transformar.

El término adversidad proviene de la palabra en latín, adversĭtas, que es la cualidad de adverso, se refiere a algo o alguien que resulta contrario u opuesto, desfavorable o enemigo. En la adversidad se conocen a los guerreros o valientes, pues ellos, para salir adelante y superarla, usan como herramientas la paciencia, el esfuerzo, optimismo, fortaleza, valor y temple para no rendirse. No se quedan en las simples lamentaciones, intentan superar el momento, aprender de ello y se centran en reconstruir otra vez su vida o su entorno.

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