Progresión espiritual y año nuevo


Prócoro Hernández Oropeza
Se fue otro año, termina una fase. Tiempo de hacer un recuento de las acciones positivas o negativas. Tiempo para reflexionar sobre la misión que motiva a cada ser en este planeta. Todos tienen una misión que cumplir, sólo que pocos lo saben, son escasas las personas que encuentran su verdadera misión.
Algunos la definen sólo en términos materiales como terminar una carrera, comprar una casa, obtener un trabajo estable y con altos ingreso, construir un negocio, encontrar la pareja ideal para formar un matrimonio o llegar a la vejez en paz y ya. Otros llegan a un nivel más alto como sembrar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Pocos buscan su misión más allá de lo material, en el plano espiritual.
En el plano espiritual se inscriben aquellos que hallan un sentido a la vida, más allá de lo material. Unos encuentran a su maestro espiritual, su escuela o sendero espiritual. En estos caminos existen muchas corrientes y niveles. Unas son como la primaria, secundaria y aquellos que se correspondan a universidad o doctorado. A esto se le denomina progresión espiritual y cada uno debe saber en qué nivel del Ser está.
Unas corrientes o escuelas están verdaderamente conectadas con el creador, omnisciente, único o Gran Padre/Madre y con linajes de maestros que están vivos y siguen transmitiendo sus mensajes a quienes llegan a altos niveles de progresión. Jesús, Buda, Krishna, Rama, Hermes Trismegisto, Osiris, Quetzalcóatl, no está muertos; viven en otras realidades y siguen trabajando por la humanidad y se conectan con aquellos seres que han alcanzado un nivel de progresión alto.
Otras corrientes pertenecen a la espiritualidad rosa. Son especie de clubes espirituales para expiar penas o tratar de encontrar a Dios afuera, esperando ser recibidos por el eterno cuando mueran; eso y si se portan bien. No exigen ningún trabajo interno, sólo adoración a personalidades “divinas”, esperando que llegue otra personalidad. Pueden adorar a Jesús o a cualquier virgen, pero adoran a su personalidad, no a la esencia o a la esencia de sus preceptos.
Para la realización espiritual, a grandes rasgos, existen dos. Uno largo y otro directo. Al primero se le llama de espiral, viviendo varias existencias hasta que despiertan y se realizan o terminan sus ciclos de vida en este planeta y retornan a Dios como esencias no realizadas. El otro camino es directo y se denomina el filo de la navaja porque exige un trabajo riguroso interno, eliminando todos sus agregados psicológicos o demonios internos. Es un camino guiado, no por las “personalidades” divinas, sino por grandes maestros realizados y sobre todo por ese Dios interno que existe en cada humano. Él es el guía y la conexión con lo divino.
La progresión espiritual se mide por cuánto tiempo se practican las virtudes en palabra, pensamiento y obra. Virtudes como el amor, la compasión, humildad, castidad, generosidad, templanza, diligencia, alegría por lo que otros poseen, Es una persona desapegada a todo lo material. Esto no significa que viva en pobreza, puede ser millonaria, pero no se apega a sus posesiones. Sólo las disfruta y puede vivir sin ellas o con ellas. Sólo ve en todo lo que le rodea a Dios y sus creaciones y los respeta con amor. No teme a la muerte, pues sabe que es eterno. Su Ser no muere, sólo el cuerpo material y vendrá a vivir nuevas experiencias hasta que encuentre su camino a casa.

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