Los jueces del karma

Prócoro Hernández Oropeza
Así como en este planeta se han instituido leyes, códigos, penalidades, tribunales y jueces para normar las relaciones entre los hombres, en otros planos también existen sus ordenanzas, tribunales y jueces que se encargan de normar nuestra vida espiritual. En la tierra damos cuenta de nuestra acciones materiales y si cometemos algún delito, no sólo lo pagamos con posible cárcel o multa, en otros planos también daremos cuenta de esas acciones. Y podremos escapar a la justicia humana pero nunca a la justicia divina.
A cada acción positiva o negativa se le llama karma y cuando morimos, nuestra alma es llevada ante el tribunal de la justicia cósmica. Anubis es quien pesa las almas, pesa su karma, es decir las acciones positivas o negativas de ese individuo, también se les conoce como karma y dharma. Anubis, en la antigüedad egipcia era conocido como un dios funerario, maestro de las necrópolis y patrón de embalsamadores, representado como un gran cánido negro acostado sobre su estómago, probablemente un chacal o un perro salvaje, o como un hombre con cabeza de perro.
Hoy día Anubis, junto con los 42 tribunos cósmicos cumplen el papel de administradores de la justicia divina en las supra dimensiones. Dicho tribunal es regido por otro personaje conocido en el antiguo Egipto como Osiris. Ellos administran también la Ley del Karma, misma que gobierna todo lo creado, y es una ley inmodificable. Esta se conoce en las religiones como "justicia celestial". Quien viola una ley crea dolor para sí mismo. En la Gnosis se simboliza con una balanza. El platillo derecho corresponde a las buenas obras y se le denomina DARMA. El platillo izquierdo corresponde a las malas obras y se le llama KARMA. A esta ley se le conoce también como ley de acción y consecuencia ó causa y efecto.
La Ley del Karma nos controla y vigila a cada momento y por eso cualquier acto bueno o malo de nuestras vidas tiene sus consecuencias. Todo el mal que hagamos tenemos que pagarlo y todo el bien que hacemos nos será recompensado. Dios nos dio libre albedrío y podemos hacer lo que queramos, pero de todos nuestros actos tenemos que rendir cuentas ante la justicia divina. Si en nuestra existencia herimos, ahora nos hieren; si matamos, ahora nos matan; si robamos, ahora nos roban, si cometimos infidelidad ahora nos la cometerán, nada escapa a esta ley: Con la vara que medimos ahora nos miden y con ventaja.
Cómo es nuestra vida ahora, esa es una forma de comprender cómo fue nuestra vida en el pasado, en vidas anteriores. Si vivo en abundancia, sabiduría, amor, salud es porque he sido compensado. Si por el contrario vivimos con muchos problemas, agobios, sobreviviendo al día a día, atrayendo personas rencorosas, deshonestas, es porque estamos pagando parte de nuestras acciones o karma del pasado. La ley cobra a cada quien según sus faltas. Recordemos los proverbios cristianos: “Con la vara que mides serás medido y con ventaja”. O esta otra: “el que a hierro mata a hierro muere”.
Por ello no nos sorprenda las violentas muertes entre narcotraficantes o entre los violentos. No hay castigos divinos, sólo recogemos los frutos de nuestras acciones, lo que sembramos cosecharemos.
A la ley de la balanza sólo se le combate con la ley del amor, dicen los maestros. Esto significa que si te arrepientes de todas tus malas acciones ahora y rectificas y te conviertes en una persona virtuosa, no sólo reducirás tu karma de malas acciones, sino que estarás definiendo tu futura vida. Pensamientos virtuosos, acciones divinas como la compasión, tolerancia, generosidad, amor es el camino para proyectar una nueva vida y un futuro más luminoso, no sólo para ti, sino para toda la humanidad.

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