El recuerdo de sí
Sólo nosotros podemos saber si somos Conscientes en un momento dado o no. Sólo uno mismo puede saber de su propia Conciencia y si ésta existe en un momento dado o no." Samael Aun Weor
En el plano de la consciencia existen diferentes nivele y realidades, la más común y la que vivimos la mayoría de los humanos es la llamada consciencia ordinaria, con dos modalidades: el sueño y la conciencia de vigilia, en un tercer nivel viene la auto consciencia y en el cuarto la consciencia objetiva.
En su tiempo, el pensador griego Platón destacó también cuatro niveles de consciencia. Al primero le llamó Eikasia, que es la ignorancia, la crueldad humana, sueño demasiado profundo, mundo instintivo y brutal. Al segundo, le denominó Pistis, el mundo de las creencias y opiniones. Es creencia, prejuicios, fanatismo, mundo de las teorías donde no existe ninguna percepción directa de la verdad, sólo especulaciones. Pistis es la Conciencia del nivel común de la humanidad.
Dianoia, en un tercer estadio, es revisión intelectual de creencias, análisis, sintetismo, conceptual, Conciencia cultural-intelectual, pensamiento científico, etc. El pensamiento dianoético estudia los fenómenos y establece leyes. Este pensamiento estudia los sistemas inductivo y deductivo con el propósito de utilizarlos en forma profunda y clara. Existe más comprensión de las cosas, los fenómenos, las leyes y el mundo tanto externo como interno.
En el cuarto estadio ubicó a Nous como perfecta Conciencia despierta. Nous es el estado de Turiya, la perfecta iluminación interior profunda. Nous es legítima clarividencia objetiva, es intuición, el mundo de los arquetipos divinales. El pensamiento noético es sintético, claro, objetivo, iluminado. Es el estadio al que llegan los hombres sabios, despiertos e iluminados, con cosnciencia totalmente despierta.
No todo mundo está consciente de lo que piensa, dice o hace. La gran mayoría de la humanidad, se puede decir, está dormida. Tiene la consciencia dormida. Una parte de esa humanidad vive en ese estado eikásico, el de la ignorancia, crueldad, mundo instintivo y brutal. Es la consciencia de los violentos, los desalmados, quienes no tienen compasión por la vida, ni por el amor, mucho menos por el perdón. También se ubican aquellos que patrocinan la violencia, la lujuria o prostitución, vicio, corrupción, explotación, engaño .
Es también parte de la otra clasificación de la consciencia ordinaria, cuyas dos vertientes son: Sueño y estado de vigilia. Es decir, cuando vamos a dormir entramos en un estado donde aparentemente nos desconectados de nuestros sentidos y entramos en el sueño profundo. Luego despertamos, a esto se le llama el estado de vigilia porque usamos nuestros cinco sentidos para percibir todo lo que nos rodea o una parte de nuestro mundo exterior, sin embargo seguimos dormidos, embobados por nuestros sentidos. La vida ocurre ordinariamente, no sabemos que no sabemos. Esto significa que tenemos una personalidad domesticada por el ego. Es inconsciente o dormida casi las 24 horas, sólo se tiene consciencia de algunos momentos de lucidez o de consciencia; caminamos como autómatas, con miles de pensamientos en nuestra cabeza y difícilmente recordamos quiénes somos en realidad. Vivimos fascinados por nuestros dramas cotidianos. Como andamos tan fascinados con nuestra vida material nos hemos olvidado de nuestra parte espiritual.
Si llegáramos a despertar nos haríamos auto conscientes y recordaríamos quiénes somos en realidad, seres de luz y amor, hijos divinos que hemos caído en las tinieblas, el sueño profundo controlado por nuestros demonios internos o agregados psicológicos. Y sólo quien llega a la CONCIENCIA OBJETIVA, al CUARTO ESTADO, puede estudiar las cosas en sí mismas, el mundo tal cual es y se convierte en un Turiya, un ser iluminado. Esto se corresponde con la consciencia, de la que habla Platón, la Nous o perfecta Conciencia Despierta, perfecta iluminación interior profunda, legítima clarividencia objetiva. Es intuición. Es el mundo de los arquetipos divinales. Es claro, objetivo, iluminado, es el hombre virtuoso y divino.
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