El camino del Buda

Prócoro Hernández Oropeza

2ª y última parte

En el camino budista o el Óctuple Sendero propuesto por Buda, del que comenté en la columna anterior, sólo alcancé a apuntar sucintamente lo que define como la visión Perfecta, emoción perfecta, habla perfecta, acción perfecta, esfuerzo perfecto y atención perfecta. En esta entrega voy a hablar de las restantes etapas de este camino: subsistencia perfecta y el Samadi perfecto.
A pesar de que Buda dejó su vida de príncipe y se fue en busca de su sendero espiritual, viviendo con ascetas y aislado del mundo, este maestro no se desligó de su entorno; era un hombre de su tiempo y nunca volvió la espalda a lo que pasaba en su sociedad. Habló de los temas más relevantes, entre ellos la forma en que sustentamos nuestra vida material, incluso cuestionó el sistema de castas muy arraigado en India y afirmó que nadie es un noble por razón de su cuna sino por sus actos.
En relación a la subsistencia perfecta, Buda propuso que para seguir un camino de desarrollo espiritual la gente debería abstenerse de ganarse la vida de ciertas maneras o de esfuerzos no verdaderos, tales como traficar con personas o animales, vivir de la matanza y crianza de animales para el consumo, venta o fabricación de armas, venta o fabricación de drogas y venenos, la farándula y ganarse la vida prediciendo el futuro. Esta enseñanza se puede aplicar ahora y revisar sí yo, por ejemplo, tengo una cuenta bancaria con una institución que es accionista de una fábrica de armas, drogas o alcohol, porque con ello estoy propiciando esos aspectos negativos para la sociedad. Para las personas de hoy en día esto implicaría tomar conciencia sobre donde invertimos nuestro dinero. Tal vez la marca de prendas deportivas que tanto me gustan practique, para abaratar costes, un cierto tipo de esclavismo. No basta con no trabajar yo mismo en algo que me degrade o degrade a otros o al planeta, también es importante tener conciencia de nuestra posible colaboración pasiva y tratar de paliarla.
Otro aspecto está relacionado con cual central, absorbente y estresante es nuestra dedicación a este asunto de ganarnos la vida. Observar cuán desgastante o estresante es el trabajo que me aporta el sustento. Este empleo me permite cultivarme, me da espacio para la cultura, para el altruismo, para realizar mis sueños de juventud. Es preciso revisar cómo me gano la vida y si lo que hago, mi trabajo, contribuye o no con acciones ilícitas o que degradan al ser humano, a los animales o al planeta en general.
La última etapa de este sendero se llama el Samadi perfecto o un estado de budeidad o iluminación. La palabra Samadi significa “ESTADO DEL SER FIRMEMENTE ESTABLECIDO. La mente establecida en un solo objeto o yendo mucho más lejos, es el sentido de concentración mental meditativa, establecimiento de todo el Ser en cierta disposición de consciencia. En este último sentido, Samadi es la etapa del Noble Camino Óctuple en la que se han transformado completa y perfectamente todos los niveles y aspectos del Ser. Se puede decir que es el triunfo de la Visión Perfecta.
El samadi está relacionado con un estado de concentración meditativa que nos lleva al sosiego y quietud (samata) y realizaciones espirituales ( samapati), llevándonos ambas experiencias de forma acumulativa a la transformación del Samadi. Samadi es un estado en el que las experiencias sensoriales y las cosas materiales no significan nada. Hay un total desapego a las cosas, a las personas, al mundo; un estado en el que no existe deseo por ningún tipo de existencia condicionada y en el que no hay verdadero interés por nada que no sea la Iluminación, un estado en el que no hay huella de ignorancia espiritual.
Este proceso del Óctuple Sendero se repite una y otra vez a niveles cada vez más altos hasta que por fin la totalidad del Ser queda transformada. Este estado es, por supuesto, el de Iluminación o budeidad. El sendero ha sido entonces plenamente completado –de hecho se ha convertido en la meta y la totalidad del proceso de la Evolución Superior ha sido perfeccionada y completad. Hemos dejado de ser máquina humano para convertirnos en verdaderos seres humanos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De mil que me buscan

Los tres alimentos

El arquetipo del gato