Leales al Ser sin condiciones


Prócoro Hernández Oropeza


La lealtad es un valor muy importante en la relación humana. Ser leales significa respeto, fidelidad y compromiso. Respeto por la confianza que se nos otorga y el compromiso de mantener esa confianza e incrementarla, a pesar de las circunstancias adversas. Lealtad es confianza, credibilidad, empatía, compromiso, amor incondicional. Podemos ubicar dos tipos de compromisos: uno con las personas que han depositado su confianza en nosotros, puede ser la esposa, compañera, amiga o en el ámbito laboral, con la empresa y con el empleador. En otros planos, si se pertenece a un partido político, éste exige ese compromiso de lealtad, lealtad a los principios y estatutos que lo rigen, a sus líderes y camaradas. Lo mismo puede extenderse a otros ámbitos como el religioso o social o militar.

Los canes son quizá los animales que manifiestan con gran admiración este valor de la lealtad.
Sabemos infinidad de historias de perros que ejemplifican este sentimiento de lealtad. En la ciudad boliviana de Cochabamba se testifica la lección de lealtad y perseverancia de un modesto perro mestizo, que desde hace cinco años espera en la esquina de una avenida de esa ciudad a su amo fallecido en un accidente de tráfico.

Los vecinos le llaman "Hachi", emulando al famoso perro japonés "Hachiko"; otro perro que siempre acompañó a su amo a la estación del ferrocarril y de regreso lo iba a esperar nuevamente. Hasta que su amo sufrió un derrame cerebral en su trabajo y ya nunca volvió a esa estación. Su perro continuó esperándolo durante muchos años, hasta que falleció también. Este otro “Hachi” o "Huacha" o "Huachito", un can de color café ha conmovido a los vecinos y comerciantes establecidos en la avenida Papa Paulo, en la zona noreste de Cochabamba.

El amo del can era un universitario que todos los días seguía esa ruta en motocicleta con el perro como escolta, hasta que un día el muchacho fue embestido por un taxi y falleció cuando era trasladado al hospital, Eso sucedió hace unos cinco años y aún lo sigue esperando. Desde entonces, "Hachi" ha hecho de la avenida Papa Paulo su hogar y llora en la esquina donde ocurrió el accidente que le quitó a su amo.

El otro tipo de lealtad es interno, es un compromiso de defender lo que creemos y en quienes creemos; ser leales a nuestros ideales y principios, pero fundamentalmente con nuestro Ser o espíritu. Este segundo aspecto está olvidado, ignorado o simplemente negado. Negado por el sistema de creencias y filosofías que nos gobiernan, tanto interna como externamente. Pensamos que somos nuestra personalidad con sus múltiples identidades y roles como padre, madre, hijo, empleado, jefe, estudiante o ama de casa. Esa es una identidad falsa, son máscaras o roles que hemos adquirido a través de nuestro desarrollo, pero no es nuestra verdadera esencia. Entonces, por desconocimiento o ignorancia, somos desleales con nuestra verdadera esencia, con nuestro Dios interno. Y como somos infieles, nos hemos olvidado de nuestra verdadera naturaleza y sólo obedecemos a nuestros amos, los agregados psicológicos o egos o demonios, llámele como quiera.

Mientras esos agregados gobiernen nuestra mente, nuestros pensamientos, emociones y voluntad tendremos menos oportunidad de ser leales con quienes nos rodean. No lo somos porque en cuanto nos hacen algo, nos irritan podemos traicionarlos o abandonarlos. Cuando no nos identificamos con su parte oscura o defectos psicológicos y sólo percibimos a Dios en cada uno de los que nos rodean, nada perturbará nuestro amor y lealtad hacia cada uno de nuestros semejantes. Los amaremos incondicionalmente, a pesar de sus obras o sus defectos.

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