Caer en el error

Prócoro Hernández Oropeza
Uno de los siete pecados capitales es la lujuria y su contrario,la castidad o el equilibrio. Sin embargo, habrá que definir lo que es un pecado. Desde la tradición religiosa se nos ha dicho que un pecado es una transgresión, un acto voluntario o involuntario que nos hace caer en el error; una transgresión o la violación de los mandamientos divinos o trasgresión voluntaria de los preceptos religiosos. El término, que proviene del latín peccatum, implica la violación de normas morales y puede tener distintos grados de seriedad.
Para el cristianismo, el pecado es el alejamiento del hombre de la voluntad de Dios, que aparece recogida en los libros sagrados (la Biblia). De acuerdo a esta tradición la forma de subsanar este error es a través del perdón y del sacramento de la confesión. Este concepto de pecado aún sigue vigente y es considerado un “delito moral” que alude a la trasgresión voluntaria o involuntaria de normas o preceptos religiosos. Dado que existen innumerables normas de este tipo, existen innúmeros pecados, a los cuales se les asigna mayor, menor o ningún castigo según las distintas creencias.
Una de las interpretaciones del Nuevo Testamento y de la tradición del cristianismo es que existe una naturaleza pecaminosa en el ser humano, heredada de la primera transgresión de Adán y Eva: el pecado original. Cargamos con ese delito y ese primer delito fue carácter sexual, la lujuria. Y es un pecado que sigue dominando a la humanidad.
Para los griegos, pecado se decía hamartia: ‘fallo de la meta, no dar en el blanco’. Los escritores griegos solían utilizar la forma verbal hamartánō con respecto al lancero que erraba su blanco y, por implicación, aludía al concepto de vivir al margen de un código moral o intelectual tenido por meta ideal, debido a una actitud errónea, consciente o inconscientemente.
En hebreo también se referían a la palabra "pecado" como jattáʼth, que también significa “errar” en el sentido de no alcanzar una meta, camino, objetivo o blanco exacto. En Arameo la palabra para "pecado" es khata.
Ese sentimiento de culpa, de cargar con ese pecado original ha ocasionado muchos problemas a la humanidad, pero también la connotación que se ha usado para definir al pecado, entendido como una transgresión a la voluntad divina y a sus preceptos. Tanto así que en algunas religiones usan y la han usado para cometer crueles e injustificados crímenes y traiciones a esa voluntad divina. Dios no tiene la culpa de esas falsas y fatales interpretaciones y errores. Han sido los hombres con sus aberraciones y su mente acotada por sus agregados psicológicos.
Si entendemos a la palabra pecado, de acuerdo a su raíz etimológica, significa errar el blanco. Errar en el blanco significa que estamos apartándonos verdaderamente de la voluntad de nuestro Dios Interno, de lo que es nuestra verdadera naturaleza, que es amor, felicidad, sabiduría, comunión, intuición. Porque si seguimos adheridos al concepto de pecado como lo ve la falsa religión, la falsa espiritualidad, cada vez que pecamos nos viene un sentimiento de culpa, arrepentimiento y perdón, pero es un falso arrepentimiento, que no viene de nuestro Ser, sino del ego. El ego que se arrepiente, el ego bueno que pide perdón o se va confesar y cree que con ello ya expió sus errores. Esta concepción del pecado está íntimamente ligada al sentimiento de culpabilidad. Pero también conecta con el miedo, miedo al castigo divino, al juicio, pero sobre todo al auto juicio interno. Nos percibimos como personas malas y pecadoras.
Desde esta perspectiva habrá que comprender que quien realmente nos lleva a cometer el error, a errar en el blanco es el ego, los múltiples yoes que habitan en nuestra psique. Y sólo comprendiendo esta dinámica es que podemos trascender el error y no caer en sus garras. Comprender primero que Dios no castiga y que está en nosotros la capacidad para no seguir errando, convertirnos en verdaderos arqueros para dar en el blanco y eliminar al ego o egos que nos están llevando a cometer el error. Así que para trascender el pecado, el error hay que observar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, de dónde provienen, a dónde nos llevan, cuáles son sus consecuencias. Dicen los maestros que el arrepentimiento no ha dado buenos resultados en esto de la expiación de nuestros pecados, sólo el camino del amor, la auto observación interior y desde esa comprensión la rectificación. Si te caes levántate y rectifica, Dios rehace, dios no castiga, Dios levanta.

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