Tapas o austeridades, disciplina del guerrero

Prócoro Hernández Oropeza

Una de las debilidades del ser humano es la falta de disciplina. Si yo decido levantarme a las cinco de la mañana para realizar meditación y ejercicio de yoga, debo tener esa disciplina o Tapas para vencer cualquier obstáculo; poseer la voluntad del guerrero para no decaer en esta tarea. Si esa decisión la tomo desde la mente, sólo para verme mejor o sentirme bien y presumir a mi ego o a los demás, es seguro que no tardaré en desistir.
Cuando decido realizar la práctica desde un nivel más elevado, desde el nivel consciente, sabiendo que con esa práctica purifico mi alma, doy mantenimiento a mi cuerpo, que es un templo sagrado, y me convierto en un instrumento divino, entonces no habrá límites o impedimento. Podré vencer a la flojera, al sueno, a las distracciones y pasiones y deseos. A esto, dentro de las observancias religiosas que forman parte de Niyama, el segundo paso en el camino de las ocho ramas del Yoga de Patanjali, se le llama Tapas o austeridad.

Tapas es la tercera regla del Niyama y suele traducirse como “disciplina”. Su traducción literal, sin embargo es “calor” o ardor”, de la raíz TAP, que significa “quemar”, “calentar”, “consumir” y en segunda instancia “practicar penitencia”, “entregarse al ascetismo”. En resumen significa consumirse en el fuego de la práctica, donde quemaremos nuestras impurezas y de donde saldremos transformados. Tapas representa la penitencia, la austeridad o esfuerzo.

A esto también se le puede llamar esfuerzo consciente y padecimiento voluntario. Para levantarme a las cinco de la mañana debo realizar un esfuerzo consciente, aunque también el padecimiento de acortar mis horas de sueno, pero es voluntario porque así lo he decidido; es un padecimiento sin sufrimiento. Significa practicar manteniendo la serenidad ante los opuestos; para ello es preciso desarrollar una gran fuerza de voluntad basada en el interés y la autodisciplina. Correctamente practicado no supone sufrimiento, sino un fuerte sentido de plenitud.

También significa no sufrir por lo que no tengo. Si sufro significa que he perdido el balance físico, mental y espiritual. Tapas es disciplina, ardor en las propias aspiraciones, fuego, uso del poder de elección para superar tamas, la inercia, y desarrollar un fuerte sentido de plenitud. Tapas nos induce a no permanecer demasiado tiempo en una situación agradable, en una zona de confort.
Consiste principalmente en controlar la cantidad y cualidad; la cantidad de alimento, la forma, la intensidad y la regularidad de las prácticas del cuerpo y de la mente, así como de la respiración. Tapas nos conecta con una práctica regular y adecuada de otros aspectos de la vida, como tomar conciencia de lo que comemos y bebemos y por extensión de todo aquello con lo que entramos en contacto, ya sean lecturas, entretenimientos o relaciones.

En relación con la auto superación consiste en una atención constante en el sentido de hacerse mejor cada día y aplicarse a todas las circunstancias con entusiasmo y compromiso con la tarea.
Una forma de demostrar Tapas es observar la forma en cómo ejercemos y cultivamos la humildad y la cortesía. Tapas es además, la disciplina que respalda el cumplimiento de las demás Yamas y Niyamas.

Tapas no es sólo una práctica, sino que es también una actitud guía de nuestras acciones. Toda acción debe implicar autodisciplina, una actitud austera que siga una ‘vía media’, que evite excesos que nos saquen del camino de perfeccionamiento.

La eliminación de egos y el servicio desinteresado a Dios constituyen la mayor forma de Tapas, así como la humildad y la carencia de deseos constituyen la mayor forma de austeridad. Quien practica Tapas, sin fanatismo, ni apegos, ni represión del cuerpo, posee un espíritu alegre, tranquilo y suave; cultiva el silencio, el dominio de sí y la purificación de las pasiones.

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