Las sendas del yoga, bhakti yoga

Prócoro Hernández Oropeza

Caminos para la realización del Ser existen múltiples, unos cortos, otros largos; otros más fáciles, algunos complicados, todo dependerá del nivel de conciencia del Ser y de su verdadero anhelo de realización. En el camino védico se habla de cuatro sendas, de ellas es el Karma yoga o yoga de la acción, de la cual hablé en el artículo anterior, los otros son Bhakti Yoga, Raja Yoga y Jñana Yoga. Hoy hablaré del Bhakti yoga o el yoga de la devoción.
Yoga, lo hemos dicho, no sólo se refiere a la práctica de las Asanas o ejercicio físico o la meditación; es la unión de la personalidad limitada con nuestra esencia ilimitada o Ser superior. Así que Bhakti yoga es el acercamiento devocional del yoga, el acercamiento al amor puro. Para los practicantes de esta filosofía, en esta era del Kali Yuga o era oscura, el Bhakti es como la forma más segura y fácil del yoga. Busca canalizar las emociones y aprovecharlas sublimándolas hacia la devoción.
El camino del Bhakti consiste en realizar la verdad, practicar la verdad por medio de la devoción y el amor hacia Dios, o un dios personal (Ishwara), una de las emanaciones de Brahma, o el Dios inefable e incognoscible. Puede ser Krisna, Visnú o Siva, Jesús, Osiris. Ese amor se puede expresar a través de la oración, los cantos, el japa (repetición de mantras o del nombre de Dios); también escuchar o contar historias de Dios y santos, las puyas, ceremonias y rituales.
Es la búsqueda de una mística relación con Dios, de esta forma el Bhakti yoga libera al aspirante de las emociones y del egocentrismo, al desarrollar la humildad, la entrega y el sentimiento de ser un instrumento en las manos de Dios. Bhakti es un flujo ininterrumpido de devoción, como el fluir uniforme de aceite cuando se vierte una vasija a otra, sostiene Sivananda.
El devoto sólo desea a Dios, sin ninguna expectativa egoísta y sin ningún temor. De esta forma, el verdadero Bhakti transforma al hombre en algo divino. Intoxica al devoto con Prem o devoción a Dios. Es devoción con amor puro. No es fanatismo, no es creencia, es fe. Este es uno de los peligros para el devoto del Bhakti; caer en el fanatismo, que es una especie de esquizofrenia, una mera excitación, ni tampoco un mero sentimentalismo, sino la compenetración de la voluntad y el intelecto hacia lo divino. Y si se tiene y se experimenta ese verdadero amor hacia Dios, viene luego el Jñana o conocimiento y le conduce hacia la inmortalidad o a la realización de Dios.
Aquí surge una pregunta ¿Cómo podemos amar a Dios? Sivananda sugiere que vivamos en compañía de santos, escuchar el relato acerca de los juegos de Dios, estudiar las escrituras sagradas, cualesquiera; adorarle primero a través de todas las formas manifiestas de Dios en la tierra, luego vendrán experiencias internas donde podrá conversa con el supremo y otras deidades. Otra forma es recitar su nombre, cantar sus glorias, permanecer un tiempo en algún lugar sagrado. Y bueno se sugieren otras prácticas como encontrar un espacio para orar y meditar, quemar incienso, , encender una lamparilla o vela, conservar el lugar limpio, así como tus ropas y tu cuerpo y por consiguiente tu mente. Otro aspecto no menos importante, ofrendar todas tus acciones y sus frutos a Dios, sentir la presencia de Dios en todos los seres que te rodean, renunciar a los placeres y riquezas materiales, practicar la caridad, la no violencia (Ahimsa), austeridades, la veracidad, la castidad o Bramacharya.
En síntesis, trabajar con las tres joyas de la Madre Divina: Morir, nacer y servir. Morir, no físicamente, sino eliminar todos los agregados psicológicos o demonios internos. Nacer es practicar la castidad científica o el cuidado de la energía sexual, porque es vital para la salud y el desarrollo espiritual. Servir significa amar a todo ser sintiente, viendo y sirviendo a cada persona que nos rodea como si ellos fueran Dios mismo, que lo son.
Por último, existen dos tipos de bhaktis: los Apara Bhakti y Para Bhakti. Los primeros practican una devoción inferior. El devoto observa rituales pero no tiene un corazón amplio. Es sectario y rechaza a los otros tipos de bhaktas que adoran a otras deidades o devatas. En cambio un devoto Para Bhakti abraza e incluye todo, siente un amor cósmico. Todo mundo es para él como el jardín de sus juegos. No necesita acudir a los templos para adorar, pues ve a Dios en todo, se ha unido a él, a través de la devoción y sobre todo de la eliminación de sus egos y siente que todo mundo es la manifestación de Dios. Él dice: ¡Oh madre Kali, te contemplo en esta muchacha!

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