Estudio de los libros sagrados
La cuarta regla del Niyama en los Yoga Sutra de Patanjali, es Swadhyaya que se refiere al estudio de las escrituras religiosas. Esta nos indica que todos los libros sagrados contienen verdades veladas y se deben leer con el corazón. Debemos entender que todos los libros que nos han legado los maestros son sagrados y universales. No pertenecen a un grupo, nación o secta escogida. Fueron inspirados o emanados del mismo creador a través de la personificación de un Guru o maestro.
Y cada uno de estos libros sagrados, sea la Biblia, el Corán, los texto védicos, el Bhagavad Gita, taoísmo son la guía o la cartografía para regresar a casa. En cada uno de ellos, los maestros nos legaron enseñanzas maravillosas y sagradas para inspirarnos a recordar nuestra esencia divina, a impregnarnos de voluntad para despertar del letargo de nuestra consciencia, a sanar nuestra psique, a recordar que antes que humanos hemos sido espíritus que hemos viajado por distintas estrellas y hemos arribado a este planeta en este y múltiples cuerpos.
Entonces, Swadhyaya comprende el estudio de sí mismos y de los textos sagrados. Dedicar cierto tiempo cada día para reflexionar y aprender de nuestras acciones. Leer obras inspiradoras que pueda asimilar nuestra conciencia. La auto-investigación metafísica, Swadhyaya, se fundamenta, en general, en buscar el máximo acercamiento a la comprensión de nuestra realidad utilizando la reflexión y el estudio. Profundizando en el estudio de sí mismo se avanza hacia la conciencia de la propia ignorancia fundamental.
A partir del estudio de sí mismo surge la conexión con la deidad personal. Swadhyaya significa el estudio de sí mismo; la capacidad de examinarnos a nosotros mismos. Profundizar en el conocimiento de uno mismo, y de la realidad que nos rodea. Swadhyaya se traduce como “interioridad”, y se define como esta otra disciplina cotidiana de la búsqueda y el descubrimiento de lo más profundo del Ser, principalmente a través del recogimiento, el silencio, la auto observación y la reflexión.
Cada momento de la vida nos representa, nos abre una puerta al autoconocimiento. Utilizar cada experiencia para aprender más sobre nosotros mismos. Para comparar nuestro desarrollo y avanzar en nuestro despertar espiritual es recomendable, además del estudio personal, espiritual (auto-conocimiento), estudio interior, el propio estudio o lectura regular de textos sagrados. Revisar y evaluar los progresos espirituales a través de escrituras sagradas o lecciones de los Maestros.
Bien se sabe que estos textos sagrados como la Biblia tienen dos tipos de lecturas; una llamada denotativa o lo que se logra entender a la lectura simple. La segunda lectura o connotativa, es una escritura codificada que no cualquier persona puede acceder a ese tipo de mensajes. Jesús, por ejemplo, en muchos de sus mensajes hablaba en metáforas, las cuales encierran un significado más profundo, que incluso ni sus apóstoles lograban entender.
Al respecto, Jesús decía: “El que tenga oídos que escuche”. Así lo hacen los maestros, como muchos miles de años antes lo realizó Hermes Trismegisto con el fin de que la gente no pervirtiera o degradara sus enseñanzas. En esto ambos coinciden al referir que no tenía caso darle perlas a los cerdos.
Swadhyaya posee esta otra orientación, la de estudiar y comprender claramente cualquier tema espiritual. El término swa indica también que el texto elegido para su estudio debe despertar en el practicante algo especial, debe tener con él una afinidad particular y debe estar al alcance de su capacidad actual. Estudiar y comprender temas espirituales. Es el esfuerzo por comprender profundamente los temas relacionados con nuestro desarrollo espiritual, acostumbrando a la mente a reflexionar sobre este aspecto fundamental de nuestra vida.
El estudio de los libros sagrados no debe ser asimilado simplemente, para acumular datos, sino que deben leerse para encarnar el Conocimiento Superior que ellos contienen. Encarnando este Conocimiento, viviendo su Sabiduría, practicando su enseñanza, es como llegamos a la Iniciación y a la conexión con la verdad, con la sabiduría.
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