Requisitos para ser un karma yogui



Prócoro Hernández Oropeza

La práctica del karma yoga se concibe como el servicio desinteresado a Dios. Esto no significa convertirse necesariamente en una Santa Teresa de Jesús o la de Calcuta, o en esos meditantes o sadhus que se retiran a la montaña a meditar o van de un pueblo a otro, pensando que alejándose de las cosas mundanas están sirviendo a Dios. El servicio a Dios implica reconocer a nuestro Dios interno y servirle a él, dejándonos guiar por su sabiduría, por su fuerza.
El servicio desinteresado a la humanidad, tal como lo reconoce Sivananda y esto también lo refiere Krishna a Arjuna en el libro sagrado Bhagavad Gita,  es el yoga de la acción que purifica el corazón y prepara el Antahkarana (el corazón y la mente) para la recepción de la Luz Divina o el logro del conocimiento del Sí mismo. Esto significa convertirse en una persona virtuosa que ha eliminado los egos o está en proceso de su eliminación y por tanto ya no tiene apegos a nada.
Cualquier acción que se realiza  sin apegos te convierte en un instrumento en las manos del Señor, como participante en la actividad cósmica de la naturaleza, sin la expectativa de los frutos de tus acciones. El karma se convierte entonces en el Karma Yoga.  Renunciar a las acciones es trabajar desinteresadamente sintiendo que tú eres sólo un instrumento y que el Señor está trabajando a través de ti. Hacerlo de esa forma te liberará de las ataduras del Karma y disfrutar de la paz.
Un Karma Yogui debe ser absolutamente libre de la lujuria, codicia, ira y el egoísmo. Incluso si hay rastros de estos Doshas, ​​(egos) se deben eliminarlos. El yogui no debe esperar ningún tipo de frutos de sus acciones en este momento ni en el futuro. No deberá tener ningún deseo de nombre y fama, aprobación, sed de aplausos, admiración y gratitud. Debe tener un carácter impecable. Él debe ser humilde y libre de odio, celos, dureza, etc. Siempre debe hablar palabras dulces. ¿Cómo puede un hombre orgulloso y celoso, que espera el respeto y el honor de los demás, servir a los demás? Él debe estar absolutamente sin miedo. Un hombre tímido es absolutamente inadecuado para el Karma Yoga. El yogui está en condiciones de ayudar a su esposa en la limpieza de los utensilios de la cocina por la mañana y en el lavado de su ropa por la noche.
Un Karma Yogui debe tener gran corazón. Él debe estar libre de perversidad, avaricia, codicia, ira, orgullo, mezquindad y el egoísmo. 
 Un Karma Yogui debe tener un carácter social, amable, cariñoso. Él debe ser capaz de moverse y relacionarse con todo el mundo sin distinción de casta, credo o color. Debe tener la capacidad de adaptación perfecta, la tolerancia, la compasión, el amor y la misericordia cósmica. Debe ser capaz de adaptarse a los hábitos y las formas de los demás. Siempre debe tener una mente fresca y equilibrada, presencia de ánimo también. Debe regocijarse en el bienestar de los demás. Un hombre que es fácilmente irritable y que pueda sentirse ofendido fácilmente por cosas insignificantes es absolutamente inadecuado para el camino del Karma Yoga. Debe tener todos los órganos bajo perfecto control, llevar una vida muy simple, soportar insultos, falta de respeto, el deshonor, la censura, la infamia, desgracia, palabras duras, el calor, el frío y el dolor de las enfermedades. 
El Karma yogui tiene fe absoluta en sí mismo, en Dios, en los libros sagrados y en las palabras que el Guru escondió. Si lleva una vida de lujo, si él lo quiere todo para sí mismo, ¿cómo va a compartir sus bienes con los demás? Él debe quemar su egoísmo de raíz. Por último, Sivananda recuerda las palabras del  Gita: "Retener y dominar los sentidos, todos por igual, regocijándose en el bienestar de todos, sólo estos vendrán a mí". Sólo entonces un hombre se convierte en un buen Karma Yogui y alcanza la meta rápidamente.




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