Pratyahara, abstracción de los sentidos


Prócoro Hernández Oropeza
Pratyahara, que significa la abstracción de los sentidos, es una de las ocho ramas esenciales de la práctica yóguica. Se le atribuye a Patanjali, un pensador hindú cachemiro, la autoría del Yoga-sutras, importante texto sánscrito compuesto por aforismos (sutras) acerca del yoga. Patanjali vivió en la época (200 – 800 A.C.), el periodo clásico. En esta obra maestra sobre filosofía yóguica compiló lo que llamó las Ocho Ramas Esenciales de la Práctica Yóguica, en donde se enfatiza  la necesidad de desarrollar completamente el aspecto del cuerpo y la mente como un mismo sistema. Estas ocho ramas son esenciales para el progreso  continuo para refinar la mente y discriminar lo real de lo ilusorio. Por eso son llamadas ramas o partes, en lugar de pasos, para enfatizar que están relacionadas una con otra, permitiendo el uso coordinado de todas las ramas.
 Las bases de esta doctrina del yoga —la técnica para unir la conciencia individual con Dios— también se encuentra en los Puranas y las Upanishad, otros textos religiosos hindús. El yoga de Patanjali es una de las seis doctrinas (darsana) del hinduismo. La primera mención aparece en la Bhagavad-guita (aproximadamente del siglo III a. C.).
Las ocho ramas de Patanjali son: 1. Yamas: cinco restricciones. 2. Niyama: cinco disciplinas, observancias, 3. Asana: posturas para la salud y la meditación,  4. Pranayama: control del prana (fuerza de la vida), 5. Pratyahara: abstracción de los sentidos, 6. Dharana: concentración en un punto, 7.  Dhyana: meditación profunda y 8. Samadhi: estado de superconciencia. Estas observancias y restricciones son etapas importantes para la realización espiritual o iluminación.  En esta ocasión voy a hablar de Pratyahara o abstracción de los sentidos.
Pratyahara significa abstracción de los sentidos de sus respectivos objetos. Como abstracción de los sentidos revisa las tendencias efusivas de los sentidos. Plantea que la excitación de los sentidos, aún del hombre sabio, aunque él pueda ser fuerte, impetuosamente le lleva a desviar su mente, cuanto mayor es en alguien que no desarrolla un trabajo espiritual.
La práctica demanda considerable paciencia y perseverancia. Esto significa traer a disciplina a los sentidos, disciplinarlos. Los sentidos no pueden hacer cualquier cosa sin la cooperación de la mente. Si tú puedes desconectar la mente de los sentidos ahí se hará la abstracción de ellos automáticamente.
Justo como todas las abejas de un colmenar vuelan cuando la reina vuela y se posan cuando la reina lo hace, así también los sentidos vuelven a abstraerse cuando la mente está abstraída o refrenada.
Pratyahara es eso por lo cual los sentidos no entran en contacto con los objeto. Cuando los sentidos son incontrolables el estudiante no puede tener éxito en yoga. La abstracción de los sentidos consiste en permitir sean  asimilados enteramente por la mente. Para ello se debe practicar la retirada de los sentidos uno por uno, partiendo primero con el más turbulento sentido. Retirar gentilmente los sentidos de sus objetos. Si se hace con vehemencia se experimentará dolor de cabeza.
Al respecto, en el libro, “La Canción de Dios” o Bhagavad Gita, Krishna le dice a su discípulo Arjuna: La concentración del sabio se debe a la ausencia de deseos; la naturaleza dispersa del intelecto del ignorante se debe a sus deseos. Son los deseos por los objetos por lo que sufrimos, nos identificamos con los sentidos y caemos en la ilusión de los objetos.  Por ello, dice Krishna, sólo con un intelecto concentrado se puede alcanzar lo inmortal. Porque una persona de mente estable es alguien que no tiene deseos en lo absoluto. Una persona establecida en la sabiduría toma las cosas así como vienen  y no tiene ningún gusto ni desagrado. Porque sólo apartando los sentidos de los objetos externos, la persona sabia contemplará al Ser, a su dios interno, de lo contrario andará persiguiendo la carnada de los deseos. Esto es Pratyahara., abstracción de los sentidos y de los objetos externos.




Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Con los párpados cerrados en meditación llego a una abstracción tal que no es posible discernir el lugar físico en que estoy, es decir saber si estoy en la casa, en la plaza o en el parque, además tampoco puedo discernir en que posición se encuentra el cuerpo, si esta sentado, parado, o acostado, y a raíz de esta incertidumbre surge una especie de espasmo o sacudida que hace que vuelva a tomar contacto con el cuerpo y el entorno. La consulta que hago es si esto es verdadera abstracción y si he de continuar a pesar de la incertidumbre. Saludos, Santiago.

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