Junio en boca de los poetas


Prócoro Hernández Oropeza
«Barbechar de mayo y binar de junio, buenos barbechos pero pan ninguno», (refrán anónimo)
Junio es un mes de transición; termina un clima más o menos templado y el calor empieza a sofocar los sentidos. El cielo se nubla por momentos y pareciera que sus ubres nos arrojarían gotas de lluvia, pero sólo por algunos momentos. La verdadera lluvia no llega aún. El sol es más brillante y la temperatura llega a rebasar los 30 grados. El cuerpo empieza a sudar y las golondrinas llegan en parvadas, es buen tiempo para empollar sus críos. Buscan los sitios más seguros para evitar a los depredadores. Las demás aves también se animan y trinan con más brío como si con ello expresaran su contento por la llegada de las lluvias. Saben que habrá más alimento y agua.
Como las plantas empiezan a florecer, llegan decenas de colibríes a danzar en torno a ellas y a extraer de su corazón florido el néctar divino. La llegada de junio no pasa desapercibida por los poetas, de tal suerte que nos han legado hermosas expresiones de este tiempo, la mitad del año.  Aquí transcribo un poema del gran poeta fallecido, Octavio Paz:
Poema para junio

Bajo del cielo fiel Junio corría
arrastrando en sus aguas dulces fechas…
Llegas de nuevo, río transparente,
todo cielo y verdor, nubes pasmadas,
lluvias o cabelleras desatadas,
plenitud, ola inmóvil y fluente.
Tu luz moja una fecha adolescente:
rozan las manos formas vislumbradas,
los labios besan sombras ya besadas,
los ojos ven, el corazón presiente.
¡Hora de eternidad, toda presencia,
el tiempo en ti se colma y desemboca
y todo cobra ser, hasta la ausencia!
El corazón presiente y se incorpora,
mentida plenitud que nadie toca:
hoy es ayer y es siempre y es deshora.

A junio, Paz lo compara con un río transparente, todo cielo y verdor, nubes pasmadas.  Y es verdad, esas nubes pareciera que vienen con cierto desgano, como preparándose para luego desahogar con ganas sus gotas de agua. Otro poeta mexicano, Carlos Pellicer también le dedicó un hermoso poema a este mes: Tardes de Junio, del cual extraigo la tercera parte
III
Junio me dio la voz, la silenciosa
música de callar un sentimiento.
Junio se lleva ahora como el viento
la esperanza más dulce y espaciosa.

Yo saqué de mi voz la limpia rosa,
única rosa eterna del momento.
No la tomó el amor, la llevó el viento
y el alma inútilmente fue gozosa.

Al año de morir todos los días
los frutos de mi voz dijeron tanto
y tan calladamente, que unos días
vivieron a la sombra de aquel canto.
(Aquí la voz se quiebra y el espanto
de tanta soledad llena los días.)

A Pellicer, Junio le dio la voz, la silenciosa música de callar un sentimiento y junio se llevó una esperanza, no obstante sacó de su voz la limpia rosa, pero no la tomó el amor, se la llevó el viento. Qué manera de extraer los tormentos del alma y compararlos con un mes que tiene también sus bemoles.
Otra poeta, María Eugenia Caseiro, ella cubana de nacimiento nos canta otro poema a Junio:

Poemas de junio

I
Los días solitarios se desnudan
por el rumbo asiduo que les lleva a otra estación.
Pasan por alto la ciudad cautiva
dorándose al vapor de junio.

II
Una suavidad suprema de amanuense teje
aromas de jardín, arrastra
en el misterio a la inocente oruga
hasta el altillo verde
donde croa el mediodía con pureza de azahar
y es luenga la quietud brotando entre sus dedos.

III
Ese amparo dulce de la luz
que arma colgaduras desde el cielo
sobre la techumbre en el fulgor de junio,
urde en el color de cada teja
la fruta madura del árbol de la tarde.

El tiempo es vasto y la existencia efímera.

Junio (del latín Iunius, mes de Juno) es el sexto mes del año en el Calendario Gregoriano y tiene 30 días.

Este mes recibió el nombre que lleva según algunos en honor de Junio Bruto fundador de la República romana, más otros creen que era llamado por la diosa Juno, diosa de la maternidad.

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