Octubre y sus contrastes



Arribamos a Octubre, lo que en el calendario romano debería ser el mes ocho, en el actual es el décimo, a sólo dos meses para que termine otro año. Octubre es un mes prolífico en acontecimientos y contrastes mundiales, entre ellos el nacimiento de Mahatma Ghandi, líder político de la India (1896). En 1968 ocurrió la matanza de estudiantes en Tlatelolco a manos de la policía y el ejército, pero también fue el parte aguas de la política mexicana. Ese trágico suceso cimbró el sistema autoritario del gobierno y sentó las bases para la reforma política, una reforma que aún no concluye y a veces se pierde en la bruma de intereses egoístas de los grupos de poder.
Un cinco de octubre de 1813, el cura José María Morelos y Pavón proclamó la abolición de la esclavitud en la nación mexicana. Años más tarde, el día seis de 1866, circuló en los Estados Unidos el primer automóvil. Antes, en Europa, en 1784 William Murdoch construyó un modelo de carro a vapor y en 1801 Richard Trevithick condujo un vehículo en Camborne (Reino Unido). En estos primeros vehículos se desarrollaron innovaciones como el freno de mano, las velocidades y el volante.
Se dice que los primeros automóviles con gasolina fueron casi simultáneamente desarrollados por ingenieros alemanes: Karl Benz construyó su primer modelo en 1885 en Mannheim.  Benz lo patentó el 29 de enero de 1886 y empezó a producirlo en 1888. En 1900 inició la fabricación masiva de este transporte, pero fue Henry Ford, quien en 1908 comenzó a producirlos en una cadena de montaje, sistema totalmente innovador que le permitió alcanzar cifras de fabricación hasta entonces impensables.
De ahí en adelante el automóvil se convirtió en un artículo de primera necesidad para viajar, desplazando con mucho al ferrocarril. Este avance tecnológico vino a influir en el diseño de las ciudades y en una red de carreteras que desfiguraron la fisonomía del suelo norteamericano. Ese mismo destino impactó en nuestro país, de tal suerte que cada presidente en turno presume que durante su mandato se construyeron miles y miles de kilómetros de redes carreteras.
A diferencia de Europa, donde no han restado importancia al transporte por ferrocarril o trenes súper modernos, en América latina, las grandes compañías automotrices influyeron en la políticas públicas para que el auto se convirtiera en el principal medio de transporte,  relegando al ferrocarril y en última instancia usándolo sólo como transporte de mercancías y de paso a  migrantes centro y sudamericanos.
Hoy,  todas las ciudades de México se han diseñado en  función del auto, pero son tantos los autos, camiones, trocas y todo tipo de transporte que las calles y avenidas no se dan abasto para satisfacer las necesidades de los conductores. Son miles de horas día las que se pierden en los embotellamientos o en la saturación que se origina en las horas pico. Esto sin contar con la gran contaminación, no sólo auditiva, la ambiental que es cada vez más acusada en las grandes ciudades. Es muy alto el costo que el ciudadano paga por una política ineficaz que dio prioridad al auto, por sobre otro tipo de transporte más eficiente. Con calles y avenidas de alta circulación o plagadas de autos, es impensable el uso de la bicicleta, como en Europa o China o el uso de transporte rápido y eficaz como el tren. Modernos y rápidos trenes  surcan y atraviesan Europa y con tarifas accesibles, con lo que se hace menos necesario el uso de auto.
Algunos gobiernos como los de Jalisco y el distrito Federal han empezado a fomentar el uso de bicicletas, incluyendo esta ciudad, pero sólo en fines de semana, como un fomento al deporte y la convivencia familiar. En el fondo un intento fallido por reponerle espacios robados al peatón.
Octubre, mes en que inician las cosechas, el de la luna grande, de los últimos entuertos del calor, de los suspiros por lo que no fue, la llegada de los frentes fríos y de la reconciliación. Así es. 



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