Vida, muerte y renacimiento
Muchas personas me han preguntado si en realidad creo en el
más allá, en retorno de las almas, pero sobre todo les interesa saber a qué
vinieron a este planeta, cuál es el propósito de su vida aquí y ahora. La
respuesta deben encontrarla cada uno y si en verdad la quieren encontrar y la
buscan la obtendrán tarde o temprano, todo depende de su intención.
Acabo de encontrar una película en Internet que se llama
“Nuestro Hogar”. Es una bella película brasileña, dirigida por Wagner de Asís,
basada en las obras de Chico Xavier, escritor brasileño también. Este filme
describe cómo es la vida después de la muerte, tanto en inframundo como en el
mundo espiritual. Narra la vida de André Luis, un médico que murió por una
enfermedad en los intestinos. Su primeras imágenes después de muerto es en uno
de los círculos del inframundo, a dónde llegan los suicidas.
Después de pasar muchos sufrimientos en ese espacio oscuro y
de clamar ayuda, llegan unos seres de luz y lo trasladan a una especie de
hospital, donde esos seres ayudan a sanar el alma de los muertos. André
pregunta por qué cayó a en ese infierno si él no se suicidó. Los maestros le
indican que los excesos, tensiones, apegos y descuidos de su cuerpo le
generaron un suicidio inconsciente.
También se muestra como las almas, cuando están listas
regresan a la tierra a encarnar un nuevo cuerpo y seguir el plan divino. ¿Cuál
es el plan divino? Se afirma que Dios o una chispa de Dios viene a experimentar
su creación, pero se nos da el libre albedrío y no siempre se hace su voluntad,
sino el de la personalidad o la de nuestra psique.
Somos espíritus divinos que vinimos a vivir experiencias
humanas. Unos hemos caído por nuestros errores en el pasado a esta tercera
dimensión, a este planeta. Otros hemos venido a ayudar a los hermanos caídos,
pero también fuimos cubiertos por la ignorancia y la oscuridad y hemos olvidado
nuestra misión. Este planeta es uno de los más alejados de Dios y se creó para
sanar nuestras almas de esa oscuridad que hoy la gobierna; sanar de todos los
agregados psicológicos que controlan nuestros pensamientos, emociones y
voluntad.
Todas las culturas antiguas nos describen, con diversos
mitos, fábulas y cuentos, este peregrinar de las almas por los diversos mundos,
tanto espirituales como del inframundo o de los mundos infiernos. Ahí van esas
almas que han cometido muchos pecados, excesos, abusos y sufrimiento. No van
ahí por mandato divino o castigo de Dios, sino a reponer sus errores, a
limpiarlos y purificar su alma. Dante describe muy bien estos mundos infiernos.
Así que para mí, el principal propósito de la muerte y
renacimiento es para sanar nuestra alma y encontrar la senda divina, la senda
del amor y las virtudes. Ser una persona virtuosa y amorosa y cuando lo sea,
podré retornar a casa.
Los tibetanos, en un antiquísimo libro denominado el Libro
Tibetano de los Muertos, inicia así:
“Oh, amigo
El tiempo camina hacia ti para buscarte nuevos planos de
la realidad.
Tu ego y tu nombre están en el juego de acabar.
Estas poniéndote enfrente de la Luz Clara.
Tú estás experimentando en esta realidad.
En el estado de libertad del ego donde todas las cosas
son como un cielo vacío sin nubes.
Y el intelecto desnudo y limpio es como un trasplante
vacío.
En este momento conoce por ti mismo y habita en este
estado.
Lo que es llamado muerte del ego está viniendo hacia ti.
Recuerda:
Esta es la hora de la muerte y renacimiento.
Aprovecha de esta muerte temporal para obtener el
perfecto estado.
Ilumínate.
Concentrado en la unidad de todos los seres vivientes.
Mantenido sobre la Luz Clara.
Úsalo para alcanzar el entendimiento y el amor.
Si tú no puedes mantener la felicidad de la iluminación y
si tú estás deslizándote dentro del contacto del mundo exterior.
Recuerda:
Las alucinaciones que puedes experimentar ahora, las
visiones e introspecciones te enseñarán mucho sobre ti mismo y el mundo”.
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