Los libros sagrados
Prócoro Hernández Oropeza
Todas las religiones nos han legado sus libros de sabiduría.
Esos libros contienen enseñanzas maravillosas para que el hombre busque y
encuentre respuestas sobre su origen, su identidad verdadera y el mapa para
retornar a casa. Cada uno de esos libros contienen dos tipos de enseñanzas,
una, que le llamaríamos denotativa o textual, lo que entendemos en una primera
lectura o a simple vista. Existe otra más profunda denominada connotativa o profunda
a la que acceden sólo aquellos que están listos, o como decía Jesús, el que
tenga oídos que escuche. No todos poseemos los códigos o el oído y la vista
para ver y escuchar esos mensajes..
Obviamente cuando Jesús decía el que tenga oídos que oiga se
refería a otro sentido, no al físico, sino a un sentido espiritual, la
intuición o la sabiduría interna que el adepto va adquiriendo a través de su
progresión espiritual. Un neófito es difícil que comprenda esos lenguajes
cifrados o que están escritos para que los comprenda su conciencia. En la
religión católica se encuentra la Biblia, entre los hindúes existen varios
libros como los textos védicos, el Rig Veda, el Mahabharata y el Bhagavad
Guita; entre los chinos, el Rey, o textos de Confucio, el Tao Te King, en el
budismo se encuentra el Tripitaka o tres colecciones de los escritos de Buda;
entre los mahometanos el Corán; en el judaísmo: La Mishná y el Talmud. El Sintoísmo
en Japón; el Zoroastrismo legó el Zend Avesta. Existen otros de culturas que
han desaparecido pero que aún tiene su vigencia como el Popol Vuh de los mayas,
el Sikismo del norte de India posee el Guru Granth Sahib.
Todos ellos fueron inspirados por sus gurús o maestros,
tanto internos como externos. Guita o Bhagavad Guita, que significa el canto o
la voz de Dios es una obra profunda y sublime. Se cuenta que durante la
estancia de Mahatma Gandhi en Inglaterra entró a una librería y preguntó al
librero cuál era el libro espiritual que más se vendía. Aquel le respondió que
era el Guita, considerado como el mayor regalo y la mejor bendición que ha
ofrecido la India al mundo y a la bendición. Wilhelm Von Humboldt dijo acerca
del Guita que es la obra más profunda y sublime que el mundo posee.
En este canto celestial se desarrolla en un diálogo entre
Krishna y su discípulo Arjuna y se compone de dieciocho capítulos, de
setecientos versos en sánscrito cada uno. En esos versos o slokas se condensa
profunda sabiduría y conocimiento. Se desarrolla en los campos de batalla de
Kurukshetra, donde Krishna le revela las profundas, sublimes e inspiradas
verdades espirituales y explicando los más secretos recónditos del yoga. Pero
yoga no entendido como sólo ejercicios físicos, sino como ese anhelo de fundir
nuestra personalidad ordinaria, nuestro ser limitado, con nuestro Ser
ilimitado, con Dios, con el gran Padre/Madre.
Por ello se le considera al Guita como un evangelio
universal que sirve para todos, sin distinción de edad, raza o religión. Para
Krishna el Yoga es la ciencia del vivir recto, una guía práctica para regular
la vida y la conducta humana. Constituye una solución para los problemas in
mediatos que acosan al hombre y provee de un maravilloso mensaje de estímulo,
esperanza, alegría y consuelo, pero sobre todo es una mapa para regresar a
casa, una llamada directa hacia la divinización de la naturaleza entera del
hombre.
Su mensaje es el del sacrificio, el amor y el deber. Amar a
todos sin excepción y elevarse por encima de las atracciones y repulsiones
insignificantes. Insta a mantener abiertas las puertas del corazón, eliminando
el ego, la avaricia y la pasión. Para ello formula tres caminos o margas: el
camino del conocimiento o Nana Marga; el de la devoción a Dios o Bhakti Marga y
el de la acción o Karma Marga. Sería difícil explicar en unas cuantas líneas la
sabiduría y el conocimiento que legó Krishna, un Cristo que como Jesús vino a
entregar este conocimiento unos tres mil años antes que él.
Como afirmaba al principio, todos estos libros son
inspirados y en ellos, los maestros o los Cristos nos revelan mensajes de Dios,
del Gran Padre/Madre para que recordemos quiénes somos y cuál es nuestra misión
en este planeta.
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